NO HAY HORIZONTE

Oct. 2009

La música de U2 me acompaña desde el primer álbum que publicaron. Éramos unos chavales, ellos y yo.  Su abundante discografía clasifica en mi mente recuerdos, emociones y sensaciones vividas. 

Con sus giras por España, más o menos cada cuatro años, desde aquel mítico Joshua Tree en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid en el ochenta y siete, hasta este año con “No line on the horizon” han marcado en mí referencias personales inolvidables en estos doce años. 

Este verano, he disfrutado de sus concierto en el Estadio Camp Nou de Barcelona. Su gira actual, a la que llaman 360 grados es todo un espectáculo pionero de sonido, luz y tecnología. Me permitió ser testigo de la conversación entre Bono junto con la gente que allí estábamos formando una sola voz, con el comandante y la tripulación de la estación espacial internacional (ISS). 

A pesar de que con solo echar un vistazo al entorno me situaba a primeros del siglo XXI, no dejaba de ver en mis músicos contemporáneos, coetáneos por cierto, el rostro de cuatro chavales llenos de ilusión por mostrar algo nuevo, intentando sorprender nuevamente con su música y su espectáculo, como si fuera de nuevo su primer concierto, ante un gran público como cuando eran unos chavales. Y máxime, cuando sonaba aquellas primarias canciones desde las mismas cuerdas vocales garganta y ahora ataviados de un espectáculo sin parangón.  

Expuesto esto, es fácil adivinar, que en el plano musical u2 es mi bandera. Reconocí el estadio como mi templo, de lo que veía y recordaba de entrevistas al líder del grupo, me pareció oportuno recoger en mi web el mensaje de Bono, como si de un maestro Zen se tratara. «No hay horizonte, no hay línea. El cielo y el mar se funden en un punto supuesto, se pierde en el infinito. El infinito es un gran lugar para comenzar» Así es Bono!